Estableciendo las bases parte 2

by STEPH MELENCIANO | EPISODIO 2

Estableciendo las bases pt 2

Bienvenidos al segundo capítulo de Tonterías Las Justas.

Tu dosis semanal de sentido común para vivir mejor. Sesiones exprés (menos de 15’) en las que trataremos temas como el sexo, el dinero, la espiritualidad, las relaciones y algunos asuntos de actualidad. Muy prácticas y sin pelos en la lengua.

 

Para ampliar sobre la charla de la semana pasada, hoy trataremos el elemento que más a menudo limita nuestra capacidad de pensar: el miedo. Y cerraremos con unas claves para fortalecer nuestro pensamiento critico.

El miedo es esa emoción básica diseñada para manteneros a salvo. Entre el estrés generalizado y el miedo que bebemos a diario, como quien dice, no es de extrañar que cada vez pensemos con menos criterio.  El miedo tiene muchas caras y a veces se disfraza con la ira, la tristeza y otras emociones. Para tener un marco más amplio del mismo vamos a utilizar la descripción de los seis miedos del libro Piense y hágase rico de Napoleon Hill. Recomiendo este libro encarecidamente, posiblemente una de las biblias del ámbito de la auto ayuda y va de la mano con PsychoCybernetics. De ambos libros hablaremos con más detalle en futuros episodios.

En este, Napoleon Hill identifica 6 miedos básicos que limitan el potencial de las personas.

He cometido muchos errores, probado muchas cosas y pongo todo mi aprendizaje y experiencia a tu servicio para ahorrarte tiempo y darte ese impulso hacia tus metas.

Volviendo al tema presente. Para hacer nuestros futuros encuentros más eficaces, he decidido empezar por las bases. Hoy y el siguiente capítulo exploraremos aspectos del pensamiento crítico.

Este primer episodio lo vamos a dividir en tres partes:

1.   Miedo a la pobreza

2.   Miedo a la crítica

3.   Miedo a la enfermedad

4.   Miedo a la pérdida del amor

5.   Miedo a la vejez

6.   Miedo a la muerte

Curiosamente, los miedos representan carencias, incertidumbres mal gestionadas e ignorancia. El poder del miedo es extraordinario porque nos conduce a hacer completamente lo opuesto a las acciones que realmente serían útiles ante la situación. Además, el miedo lleva a una focalización que nos conduce a magnificarlo. Todo en lo que te enfocas crece, así que elige bien.

stephanie melenciano

Ten en cuenta que los miedos no son nada más que sistemas de creencias aprendidas. Si has aprendido algo erróneo, puedes actualizar esa creencia por una nueva.

Entremos en detalle. Empecemos con el miedo a la pobreza.

La pobreza no solo abarca los elementos económicos que claramente incluye, sino que va más allá  y nos lleva a una mentalidad de escasez. Lo habrás visto en múltiples ocasiones, la típica persona con medios suficientes, pero que es tacaña o siempre tiene miedo a perderlos. Guardan su dinero como si no hubiera suficiente para todos o, peor aún, que no serán capaces de volver a ganarlo. Este miedo es fundamental y nos afecta a todos hasta cierto nivel si no lo tratamos. Según Hill, los síntomas de este miedo son la indiferencia (o falta de ambición), la indecisión, la duda, la preocupación, la precaución excesiva y la procrastinación.

 

Seguimos con el miedo a la crítica. Desde mi punto de vista, uno de los más devastadores para una vida plena. La critica es intrínseca al ser humano por el hecho de analizar. A veces, dicha crítica se comunica de forma destructiva por supuesto, pero todo depende de cómo el receptor decida interpretarla. Me parece el más devastador de los miedos porque, hagas lo que hagas, será sujeto de critica por unos o por otros. Si no haces lo que quieres hacer por lo que digan los demás, toda tu vida estará sujeta a las expectativas de otros. Es decir, vivirás para otros, en el peor sentido de la expresión.

Síntomas de este miedo: timidez, falta de serenidad, poca personalidad, complejo de inferioridad, extravagancia, falta de iniciativa o falta de ambición.

Seguimos con el miedo a la enfermedad. Es natural querer evitar la enfermedad, pero temerla no lleva a nada más que a bajar nuestras defensas, haciendo más probable que  enfermemos. Recuerda que en lo que te centras, se magnifica.

Síntomas del miedo a la enfermedad: autosugestión, hipocondria, desajustes en la forma física (el temor interfiere a menudo con el ejercicio físico adecuado), susceptibilidad, autoconsentimiento (hábito de buscar una mínima señal de una enfermedad imaginaria), falta de moderación (visto en el hábito de usar alcohol o narcóticos para dolores, en vez de buscar la causa de los mismos).

El siguiente es el miedo a la pérdida de amor. Otro miedo común, cuya mala gestión lleva justo al objetivo no deseado. Las personas afligidas por este miedo tienden a ser más inseguras y controladoras , lo que fácilmente lleva a que otros se alejen de dicho comportamiento. La búsqueda de seguridad externa a través del amor de otro lleva a la destrucción del mismo.  

Síntomas del temor a la pérdida del amor: celos, descubrir imperfecciones y tendencia a querer “comprar” el amor.

 

Continuamos con el miedo a la vejez. Según Hill, este miedo tiene dos posibles raíces: una es que la vejez  nos llevará a la pobreza (miedo 1) y la otra es que nos han socializado para pensar que la vejez es una época de decadencia en todos los sentidos. Lo dicho anteriormente: estos aprendizajes erróneos simplemente necesitan ser actualizados. Nuestras creencias forman nuestra realidad, por lo que es vital cambiar esa mentalidad por una que promueva tu bienestar

Síntomas del miedo a la vejez: tendencia a reducir la actividad y a desarrollar un complejo de inferioridad en la edad de la madurez mental; el hábito de hablar de uno mismo como pidiendo disculpas por “ser viejo”; el hábito de matar la iniciativa, la imaginación y la confianza en sí mismo.

 

Y por último, el miedo a la muerte. En la vida hay pocas garantías y una de ellas es la muerte. Tarde o temprano nos toca. Hay cada vez más avances científicos para retrasarla, pero a día de hoy sigue siendo una garantía. Al ser una garantía que no respeta la edad, el estado socioeconómico, el sexo, la raza, etc., lo suyo es prepararse para ello y tenerlo presente. Si vives consciente de que tienes un tiempo finito y no sabes cuándo te toca, lo más probable es que tomes otras decisiones. Y hay muchas formas de prepararse para ello, que lo agradecerán los que se quedan detrás y es sabio hacer dichas gestiones cuanto antes. De todos lo miedos, es mi favorito, porque creo que asumirlo para vivir con más propósito puede crear un antes y después en la vida de las personas. Cada día, minuto y segundo es un regalo, aprovéchalo.

Síntomas del miedo a la muerte: pensar en la muerte, antes que en obtener lo máximo en la vida; apatía; enfermedad; pobreza; falta de ocupación apropiada; desilusión amorosa, etc.

 

Yo sumaría dos más a la lista: el miedo al cambio y el miedo a la verdad. En el fondo, el miedo al cambio es la raíz de todos los miedos. Al igual que la muerte, otra garantía de la vida es el cambio. Todo cambio es a veces para bien, a veces para mal, pero sobre todo ,en gran parte, está bajo nuestro control si despertamos a esa realidad. El mejor consejo ante el cambio viene del sabio guerrero Bruce Lee: “Sé agua”. Cuanto antes asumas que las cosas cambian y que vas a hacer todo lo que esté en tus manos para que vayan a mejor, todo evolucionará de una manera favorable. Recuerda que la creatividad es nuestro súper poder y este poder no tiene mejor oportunidad de lucirse que ante los cambios.

 

El miedo a la verdad es curioso. A menudo veo a adultos actuar más como los monos que no ven, no escuchan y no hablan ante una nueva información. Lamentablemente, esto no ayuda a formar personas que puedan contribuir de una manera sensata en la sociedad. Respecto a esto último, tened en cuenta que cuanto antes encuentres el valor para ver a la situación de cara, antes podrás tomar acciones para cambiarla. La ignorancia no lleva a la felicidad, sino a la auto destrucción.

 

Estos miedos y todos los miedos son programas de fondo que influyen en cómo interactuamos con el mundo. Elegí el miedo como la mayor barrera para el pensamiento critico porque nos bloquea, incapacita nuestra capacidad de valorar una situación por lo que es realmente y sus efectos directos, secundarios y terciarios. El miedo promueve nuestra ignorancia, nuestra testarudez y nos ciega. Al ser una emoción tan básica es muy fácil  utilizarla en nuestra contra y no hay mejor ejemplo de esto que la tendencia de los medios en las últimas décadas. Se ha pasado de informar a vender la propaganda de turno. Es más evidente hoy, pero lleva años así. Y como todo que se repite lo suficiente se convierte en verdad, no hace falta que sean datos veraces. Todos somos susceptibles de que nos manipulen con el miedo, pero saberlo es el primer paso para tomar distancia y empezar a valor las cosas por ti mismo.

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Nuestro punto de reflexión de hoy: ¿Qué miedos te están controlando? ¿Por qué y para qué?

No voy a entrar en detalle en como gestionar los miedos. Este tema puede llevar varios capítulos. Sólo de voy a decir que enfrentes tus miedos de cara y que sepas que siempre serás más grande que ellos, pero eso depende de ti.

Y volviendo al tema del pensamiento critico. Sin importar el tiempo que dispongas para l la investigación, todos tenemos la capacidad de observar y valorar datos desde un punto de vista de utilidad y sentido común. Incluso, estos elementos a menudo prueban a ser las herramientas más fiables. Insisto que todo merece análisis con una determinada frecuencia. Prueba a seguir estos 5 pasos:

   1.        Define el problema. Esto es complicado, pero procura ir lo más a la raíz posible para valorar adecuadamente los factores a tener en cuenta.

   2.        ¿Cuáles son tus opiniones y experiencias respecto a ello? ¿Son propias o heredadas? Si son externas, ¿de dónde han venido? Todo influye, así que debes identificar tus sesgos cuanto antes.

   3.        Toma distancia. Observa la cuestión desde fuera. ¿Qué errores tiene en la lógica y la práctica? ¿En qué contextos no se puede aplicar? ¿Cuáles son sus efectos positivos y negativos? ¿Quién la dicta? ¿Qué intereses puede haber? Ponlo en contexto con la historia.

   4.   Busca nueva información. A menudo, las fuentes más fiables no son las que llegan a las masas. Ojo con los vínculos económicos de tus fuentes.  La neutralidad se pone en juego en función de quién pagua. Para ser más prácticos, haz la labor de hablar con curiosidad y humildad con personas que tengan otras opiniones o hechos al respecto para tener otros puntos de vista. Por si no lo sabes, Google no es un buscador neutral. Dejaré otros recursos en las notas del programa. [Duckduckgo, Tor, HTTPS Everywhere, Comodo Dragon, Brave]

   5.        Decide con lo que tengas. Con la información que has podido recolectar concienzudamente , decide cuál es la mejor aplicación para el problema raíz, que es posible que haya cambiado a base de tu investigación. Aunque adoptes una opinión o postura, ten en cuenta que esto no es para siempre y tienes el derecho de cambiar de opinión ante nuevos datos y experiencias. Esta misma gracia y tolerancia debemos extenderla a los demás mientras están en su proceso.

En los casos que los pasos anteriores no nos parezcan viables por el motivo que sea, es aplicable la regla de hacer más preguntas. Harás preguntas que posiblemente nadie esté haciendo o no haya dónde encontrar respuestas aún. Sin embargo, utilizar dicha práctica te mantiene en una postura de alerta ante posibles asaltos de lógica, tácticas de miedo y manipulación.

La clave de estos pasos es la intencionalidad. Algunos procesos, volviendo al cuento de los sabios, son como elefantes: con un poco de esmero lo tienes visto. Sin embargo, otros procesos son como continentes y te llevarán toda una vida. Por eso vamos asumiendo posturas en base a la información que adquiramos. Aunque esto pueda parecer contraproducente, porque podría pensarse que produciría personas con valores movibles, es totalmente lo contrario. Ser humilde y reconocer que estoy haciendo X a base de lo que sé hoy es honesto y congruente. Decir lo contrario se convertirá en mentira en poco tiempo. Si te faltan ejemplos, dirígete a la política. Y si todo lo anterior te parece un rollo, te recuerdo que nadie dijo que ser adulto, coherente y feliz es fácil. Las cosas que merecen la pena en la vida requieren esfuerzo. Vivir la vida que tú deseas, si ello requiere no perder tu libertad y capacidad de crear, nunca ha estado más en juego que hoy. Así que coge aire y manos a la obra.

Os dejo con la cita de Sócrates  “Una vida sin examen no merece la pena ser vivida”.

No pierdas la libertad que te presta tu mente. Hazte preguntas de por qué y para qué haces las cosas  y si es para vivir con mayor coherencia y plenitud. Os espero la semana que viene para hablar de los orgasmos. ¡Chao!

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